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Avenida de los Contadores

En las muchas generaciones que han pasado por esta ciudad, nadie se pone de acuerdo acerca del poder que dicen que emana de la Avenida de los Contadores. Algunos atribuyen sus propiedades al hecho de que aquel era el barrio natural de los Alquimistas hasta hace poco más de medio siglo. Así lo atestiguan los símbolos alquímicos en los bordillos de las aceras y los blasones en las puertas de las casas. Otros argumentan que por esa avenida discurre una línea de Dragón, una especie de arteria energética de la Tierra cuya poder despierta las facultades y discernimiento de quienes por allí circulan. Los más escépticos sencillamente opinan que a esa calle le ocurría lo que al Templo de Delfos: que hay una fuga de gas natural que provoca visiones y que unos cuantos hacen negocio a partir de ello.


Sea como fuere, y hasta donde yo sé, en esta avenida siempre han vivido los relojeros y orfebres más renombrados de la ciudad y el lucro lo han obtenido a partir de su trabajo y no con artimañas de adivino ambulante.
El caso es que, por una razón u otra, esta avenida tiene la peculiaridad de mostrarte números. Cifras aparentemente sin sentido que algunos iluminados están convencidos de que significan algo. Pueden aparecer de las formas más diversas, pero casi todos coinciden en que su significado es claro: son cuentas de segundos.

Un conocido vecino de Idiliópolis llamado Antonio Tasco, por ejemplo, asegura que cada vez que pasa por esas aceras su reloj digital le muestra la cantidad de tiempo que ha pasado a lo largo de su vida atrapado en atascos. Se ha visto a melancólicos enamorados y desenamorados merodear por los alrededores esperando encontrar una cifra que les diga cuánto tiempo les queda para estar con su amor. Por allí circulan ludópatas obsesionados por dar con la combinación ganadora de su juego de azar favorito o, al menos, con la cantidad de tiempo que les resta para encontrar, por otros medios, dicha combinación.

El problema es que si no tienes la cabeza muy clara, esta calle puede alborotarte; Tienes que estar muy concentrado en la cuenta que quieres que te sea desvelada. O, al menos, eso dicen. Puede ocurrir que circules con la sana intención de averiguar, por ejemplo, cuanto tiempo falta para que ocurra alguna cosa y, si por una de esas, te viene a la mente que hace mucho que no ves a tu amigo del alma, la cifra que aparece como una especie de fuego fatuo puede representar la de tu cuenta atrás o bien la del lapso de tiempo pasado desde la última vez que viste a ese amigo.


Uno no termina de saber si tomar por ciertas esas cifras puesto que, casi con toda seguridad, aparezca la cifra que aparezca danzando como fuego flamígero (al menos a mí me aparecen así), se corresponderá con alguna cantidad de tiempo: el pasado desde la última vez que viste un relámpago en el cielo, o que miraste con deseo a una mujer o el que falta para que te venga la próxima factura de teléfono.


Quizás ése sea uno de los encantos de la calle. Nadie pone en duda el hecho de que los números fantasma aparecen ante los ojos de los transeúntes de la Avenida de los Contadores (hay crónicas que narran que en siglos pasados se aparecían en forma de números romanos, o sea que esto viene sucediendo desde tiempos inmemoriales), lo que no está tan claro es porqué ocurre y qué significan cada una de las cifras. Tal vez sea mejor así. A veces es preferible vivir con la tranquilidad que da la imprecisión del tiempo, que se hace largo cuando te asedia el tedio y pasa volando como el zumbido de un zángano cuando más estás disfrutando.

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Deseo




Este año tengo una sola propuesta. Quizás la más grande que haya tenido. Para este año sólo te deseo a ti. Lo demás lo puedo conseguir por mí mismo poniendo mayor o menor empeño. Lo demás puedo alcanzarlo gracias a los deseos de mis seres queridos.

Pero la única cosa, el único anhelo, la única imagen que se me dibuja en la oscuridad de mis párpados eres tú. Eres el único deseo que no depende enteramente de mí. Te deseo todas las cosas buenas que puedan pasarte. Te deseo que una de esas cosa sea yo.

Te deseo.

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