Oscar Wilde dio una gran definición de la Moda: Después de todo qué es la moda? Desde el punto de vista artístico una forma de fealdad tan intolerable que nos vemos obligados a cambiarla cada seis meses.
Las capas ya no están de moda. Y es una lástima, porque poca gente sabe que están directamente relacionadas con el alma. Se podría decir que el alma es una gran capa. Del color que cada uno quiera, con el corte que vaya con la personalidad de cada cual. La forma y el color es lo de menos. Lo que realmente importa es que tenga el mayor número de remiendos posible:
A lo largo de la vida nos encontramos con personas: familiares, amigos, amantes,... a los que entregamos un trocito de nuestra capa. Cada vez que damos un fragmento, la capa pasa a tener un agujero. Este agujero es cubierto, a su vez, con los pedazos de capas que recibimos de otras personas. A veces nos dan un pedazo más pequeño que el que habíamos entregado. Otras veces es más grande y podemos cubrir otros huecos o, incluso, agrandar un poco más la capa.
En ocasiones se sufren grandes decepciones: un amor no correspondido, una traición de un buen amigo, y el hueco que queda en tu capa parece que nunca podrá ser reemplazado. Por ahí entra el frío, que es como la soledad o el miedo, sentimientos que se hacen más grandes cuanto más tiempo se les dedica.
Pero si se ha escogido bien, si la tela de quienes te has topado a lo largo de tu periplo es de buena calidad; Si te dejas arropar por las capas de quienes te quieren y desean lo mejor para ti, esos agujeros se remiendan y el frío desaparece.
Estoy orgulloso de mi capa. Es grande y está llena de parches de todos los tamaños, colores y formas.
Y hoy la miro antes de ponérmela para salir a la calle y sonrío, agradeciendo a todas y cada una de las personas que han contribuido a su tejido. Y sólo espero que los trozos que he repartido a lo largo de mi camino abriguen a quienes les entregué un pedazo de la mía.
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4 comentarios:
bravo por tu capa.Yo quiero ser el parche más grande de ella.
Y yo el definitivo y último que la remate.
Y las dos tan contentas!
Qué verguenza, ¿tanto hace que no paso por aquí? Este texto tuyo me suena un montón quizás ya lo había leído. Más besos
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